La Fundación Industrial Navarra cerró la última Mesa de Seguridad, Salud y Bienestar del año con más de cuarenta responsables de SSB analizando cómo pasar de “ver” el riesgo a responder bien ante él. Con el marco teórico de Salvador Carmona (i+3) y las experiencias de TK Elevator e GB Foods, la sesión puso en el centro las rutinas que sacan del piloto automático, la integración de subcontratas y la activación proactiva de cada persona mediante mapeos y gamificación para consolidar una cultura preventiva real.
La Fundación Industrial Navarra cerró este martes 11 de noviembre el ciclo anual de su Mesa de Seguridad, Salud y Bienestar con más de 40 profesionales de empresas asociadas. La sesión, titulada “Despertar la mirada preventiva: cómo ver el riesgo antes de que ocurra”, conectó marco teórico, metodologías aplicadas y experiencias reales, con un hilo común: pasar de la percepción del riesgo a una respuesta segura, consistente y medible.
Abrió la jornada Salvador Carmona (consultor de i+3 y experto en NOSACQ-50) con una contextualización que diferenciaba el riesgo “objetivo” de la lectura subjetiva que guía la conducta real. “No basta con ver el riesgo; la clave es la respuesta”, subrayó, aludiendo a la dualidad de pensamiento rápido y deliberado que determina decisiones diarias en planta. Carmona destacó que los sesgos cognitivos –autoridad, control percibido, especificidad o confianza en la fuente– “no van a desaparecer, pero pueden ponerse a favor de la seguridad” si la organización fija expectativas operativas muy concretas, muestra liderazgo visible en el terreno y convierte la formación en conocimiento aplicable. Esa combinación transforma la motivación por la seguridad de un recordatorio externo a una convicción que arraiga en los equipos.
Sobre ese marco se apoyó la experiencia compartida por Itziar Bengoa, Occupational Safety & Health Manager en TK Elevator, que presentó el Safety Transformation Program con un objetivo explícito: eliminar accidentes graves y fatales. “Nuestro punto de partida es salir del modo automático”, explicó. Para ello, el programa introduce tres rutinas sencillas y exigentes: parar para activar la conciencia, preparar la tarea identificando riesgos antes de empezar y decidir sin impulsos, con permiso y respaldo para detener el trabajo si el entorno no es seguro. Bengoa remarcó la integración de subcontratas “en la misma lógica preventiva, con itinerarios teórico-prácticos y coaching en campo”, y la importancia de que cada visita de seguridad acompañe y eduque la mirada más que fiscalizar. “Primero las personas y luego el trabajo. Cumplir el procedimiento no es burocracia: es la forma de volver a casa.” Tras dos ejercicios, señaló, aflora mucha más información desde la base de la pirámide y crece el empoderamiento para parar, reordenar tareas o escalar incidencias con trazabilidad mediante una aplicación corporativa.
La tercera intervención corrió a cargo de Alberto Nicolás, Corporate Health & Safety Manager en GB Foods, que mostró cómo activar un enfoque proactivo en cada persona a través de la dinámica “Cazadores de Riesgos”. “Buscamos que la decisión por defecto sea trabajar de manera segura”, afirmó. Equipos mixtos recorren líneas y zonas de trabajo, mapean peligros in situ con códigos visuales y contrastan lo observado con las evaluaciones formales para ajustar instrucciones y cerrar acciones. La gamificación aporta tracción —“los equipos quieren salir a cazar”— y el cruce entre plantas acelera la transferencia de soluciones. Nicolás diferenció con claridad el error humano (aprendizaje) de la transgresión deliberada de básicos (consecuencias). El énfasis, insistió, está en “escuchar para influir, e influir para liderar”, reforzando la presencia de los mandos en planta y la coherencia entre discurso y cambios reales en el puesto.
El diálogo con las empresas asistentes fue directo y operativo: cómo sostener la participación con refuerzo positivo y feedback útil; cómo asegurar que cada visita de seguridad hace pensar además de comprobar; y cómo medir de manera sistemática lo que ocurre en la base de la pirámide —casi accidentes y condiciones— para anticiparse arriba. La conclusión compartida apuntó a cuatro compromisos para 2026 en el ecosistema FIN: visibilizar y hacer accionables las expectativas por puesto y situación, liderar con hechos cambiando condiciones de trabajo, educar la mirada en campo con acompañamiento real y proteger el derecho y el deber de parar cuando sea necesario.