La Mesa de Gestión de TICs puso de relieve la necesidad de que los departamentos tecnológicos asuman un rol más estratégico, conectando personas, procesos y negocio para impulsar el cambio organizativo.
El pasado 2 de octubre, la Fundación Industrial Navarra celebró una nueva edición de la Mesa de Gestión de TICs, que en esta ocasión giró en torno a una idea tan simple como poderosa: convertir los fallos en aprendizaje compartido. Bajo el título “Ctr + Alt + Learn: el error como motor de aprendizaje”, la sesión fue dirigida por Francisco Javier Zambonino, consultor de Siemens Energy con amplia experiencia en liderazgo, gestión del cambio e innovación organizativa.
Durante la jornada, los participantes trabajaron en pequeños grupos para identificar patrones, analizar decisiones pasadas y extraer lecciones aprendidas aplicables al día a día de los equipos IT. El taller se estructuró en tres fases: definición de casos de uso, trabajo colaborativo y puesta en común. Este último bloque concentró algunos de los aprendizajes más valiosos.
De los fallos a las lecciones compartidas
Entre los temas abordados destacaron la organización del departamento de IT, la gestión de proyectos, la analítica de datos y la inteligencia artificial, así como la implantación de sistemas ERP y la relación con partners tecnológicos.
Los responsables coincidieron en la importancia de que el área IT dependa directamente de la dirección general, lo que le otorga la relevancia estratégica necesaria dentro de la organización. Se subrayó también que el rol del responsable de IT ha dejado de ser puramente técnico para convertirse en uno de liderazgo transversal, con visión 360º y capacidad para conectar tecnología y negocio. Cuando el área tecnológica se aísla o se subordina a otras funciones, advirtieron, se pierde parte de su potencial transformador.
Otro de los puntos fuertes fue la gestión de proyectos. Los asistentes compartieron experiencias positivas con comités interdepartamentales para priorizar y coordinar iniciativas, así como con proyectos piloto que permiten aprender en pequeño antes de escalar. La comunicación interna se destacó como un factor crítico: informar con claridad sobre el alcance, los colectivos afectados y los beneficios de cada proyecto evita resistencias y mejora la adopción.
En el bloque de datos e inteligencia artificial, surgió un consenso claro: la IA ofrece enormes ventajas, pero no es infalible. Las empresas deben ser transparentes con clientes y equipos sobre sus límites, y, sobre todo, garantizar una estructura sólida de datos, con fuentes únicas, control de costes en la nube y una formación adecuada para los usuarios. “No todo el mundo sabe analizar, y no todo el mundo debe ver todo”, resumió uno de los participantes al hablar de la necesidad de gobernar el dato y asegurar su uso responsable.
También se compartieron aprendizajes en torno a las migraciones e implantaciones de ERP, donde el respaldo de la dirección y la selección de “key users” con liderazgo interno marcaron la diferencia entre el éxito y el fracaso. Los asistentes coincidieron en que el éxito de un proyecto no depende solo de la tecnología, sino de la gestión del cambio y de la claridad de los requerimientos: cumplir exactamente con lo que se ha definido desde el inicio es, afirmaron, la mejor medida de un buen resultado.
Por último, se abordó la relación con los partners tecnológicos, destacando la importancia no solo de elegir bien, sino también de saber cerrar o reorientar colaboraciones cuando dejan de aportar valor, un principio extensible a la gestión del talento interno: captar, desarrollar y, llegado el caso, relevar perfiles que ya no encajan.
Consensos e intereses comunes que abren camino
En la parte final de la sesión, el grupo identificó los temas con mayor interés para seguir explorando en futuras mesas. Entre ellos, la migración de ERP desde sistemas heredados, la adopción de nuevas herramientas y la resistencia al cambio ocuparon un lugar central. También se propuso abordar cómo decidir cuándo y cómo abandonar o reorientar un proyecto, así como compartir experiencias reales de recuperación tras ciberataques.
Otros temas que despertaron consenso fueron la evolución del área IT hacia departamentos de transformación operativa, la gestión del talento tecnológico —desde la captación hasta el relevo— y la gestión del hype tecnológico, con el objetivo de distinguir las modas pasajeras de las innovaciones que realmente aportan valor.
La jornada cerró con una reflexión común: el valor de compartir experiencias honestas. Los participantes destacaron la utilidad de escuchar errores y aciertos reales de otras empresas, aprender de ellos y crear una red de referencia mutua. Como recordó Zambonino en la clausura, “no se trata de evitar los fallos, sino de transformarlos en conocimiento colectivo”.
Más allá de lo técnico
Para el consultor y dinamizador de la jornada, esta dejó dos grandes conclusiones. La primera, que cuando se genera un entorno de confianza, los profesionales comparten sin miedo, y la participación se vuelve espontánea y valiosa. La segunda, que los temas surgidos durante la sesión dibujan una hoja de ruta clara para el futuro, impulsada por el propio interés de los asistentes en seguir aprendiendo.
Zambonino también destacó un patrón común: la necesidad de que los profesionales de IT den un paso más allá de lo técnico y refuercen competencias en liderazgo, comunicación y gestión del cambio. Reconocer esa necesidad, señaló, es ya un avance importante hacia una visión más integral de los proyectos, donde tecnología, personas y procesos se gestionen de forma conjunta.